Los nervios estaban a flor de piel, más en los que estabamos en las tribunas que los que se la jugaban todo dentro de la cancha. Había que ganar y por un buen margen de goles para no depender de ningún otro resultado y, de esta manera, asegurar de una vez la clasificación a la liguilla final, que definirá a los representates cruceños a la Simón Bolivar.
Sorprendió Marcelinho con su nuevo esquema, 4-4-2, que esperó sin impacientarse a la salida del rival y de veloces contragolpes vulnerar la valla contraria.
Primero fue "pajarito" Saavedra y luego "micky" Torrico quienes en dos minutos nos dieron un respiro al saber que lo primero ya estaba siendo logrado-ganar-. Faltaba lo segundo: ganar por varios goles de diferencia; teniendo que esperar casi hasta el final del partido para lograrlo. Nuevamente Torrico se hizo presente en el marcador y dos minutos después, el infaltable Vaca sentenció el partido, cuando el árbitro estaba a punto de darlo por concluido.
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