Ha pasado una semana y todavía el dolor que dejó su dolorosa partida sigue haciendo mella en nuestros corazones. Al Dr. Osvaldo Gutiérrez Gil hoy ya no lo tenemos físicamente entre nosotros, pero todavía es palpable su espíritu a nuestro lado. Fuimos testigos de su aguda inteligencia y gracia contagiosa que se tornaban en lecciones de inmensurable sabiduría. Ese es el legado que nos ha dejado y que perdurará eternamente en nuestros espíritus.
Osvaldito Gutiérrez, cariñosamente llamado por los que sentíamos el carisma con el que él nos deleitaba, nos dio la pauta para comprender lo que es el amor hacia el Club que nos apasiona. El hasta el último aliento de su boca fue un incondicional amante de nuestro querido Real Santa Cruz. Tuvo la dicha de poner, después de un faraónico esfuerzo, por primera vez a los “Leones” en el umbral de la gloria, y que le fue arrebatada por las oscuras fuerzas de la traición. Pero lo que nunca le arrebataron fue su fe inquebrantable de saber que su querido Real jamás sería abandonado en los recuerdos, y que como él todavía existen hinchas de corazón puro que darían hasta su vida por tener al cuadro merengue en los primeros planos del contexto futbolístico nacional.Decir palabras honoríficas ahora que “Osvaldito” goza de la Gracia del Creador, sabría a poco para lo que éste ilustre y ejemplar hijo de nuestra tierra cruceña de por vida se haría merecedor; porque todo elogio se volvería mísero al tiempo que por justicia se le rindiera homenaje. De todos modos, y con el corazón acongojado, sólo queda darle gracias a Dios por hacernos participe de haber conocido a un gran amigo: El Dr. Osvaldo Gutiérrez Gil.
Osvaldito Gutiérrez, cariñosamente llamado por los que sentíamos el carisma con el que él nos deleitaba, nos dio la pauta para comprender lo que es el amor hacia el Club que nos apasiona. El hasta el último aliento de su boca fue un incondicional amante de nuestro querido Real Santa Cruz. Tuvo la dicha de poner, después de un faraónico esfuerzo, por primera vez a los “Leones” en el umbral de la gloria, y que le fue arrebatada por las oscuras fuerzas de la traición. Pero lo que nunca le arrebataron fue su fe inquebrantable de saber que su querido Real jamás sería abandonado en los recuerdos, y que como él todavía existen hinchas de corazón puro que darían hasta su vida por tener al cuadro merengue en los primeros planos del contexto futbolístico nacional.Decir palabras honoríficas ahora que “Osvaldito” goza de la Gracia del Creador, sabría a poco para lo que éste ilustre y ejemplar hijo de nuestra tierra cruceña de por vida se haría merecedor; porque todo elogio se volvería mísero al tiempo que por justicia se le rindiera homenaje. De todos modos, y con el corazón acongojado, sólo queda darle gracias a Dios por hacernos participe de haber conocido a un gran amigo: El Dr. Osvaldo Gutiérrez Gil.
2 comentarios:
De parte de su familia agradecemos este homenaje a nuestro querido padre.
Muchas Gracias.
MI AMADO PADRE.. gran amigo.. hincha de corazón.. diste tu vida por este club, hasta en tus últimos días contastes tus anecdotas de real y veia tu rostro como se iluminaba cuando hablabas de el y me di cuenta que realmente lo amaste junto con todos tus amigos miembros, recuerdo tu orgullo cuando recibiste tu carnet de miembro del club fue un día muy especial para ti.. fustes un gran padre y estoy orgullosa de ser tu hija ..atte. Gabriela Gutierez
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